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09/03/2020 

Siguiendo la huella templaria en Extremadura 

Nuestra región se convirtió durante años en el asentamiento de los Templarios y este mes vamos a recorrer sus huellas a bordo del Volkswagen T-Roc. 
 


 

La Orden del Temple se fundó en 1118 en Jerusalén con fines humanitarios, para defender a los peregrinos que visitaban Tierra Santa. Con los años adquirieron otras misiones como la de reconquistar los territorios cristianos y acumular riquezas en forma de castillo, tierras y dinero. 

Dos siglos después de su fundación, en 1312, el Papa Clemente V ordenó su disolución por deseo de Felipe IV, quién anhelaba todas sus posesiones.  

Desde Centrowagen nos hemos propuesto visitar los enclaves extremeños más importantes donde se asentó esta Orden. 

 

Jerez de los Caballeros: 
Esta localidad pacense posee el mayor legado templario de la región pues aquí la Orden tuvo mucha influencia. Ayudaron en la reconquista a los musulmanes y murieron degollados los 60 caballeros que se negaron a entregar la localidad al rey. Muchos otros también fueron arrojados por las almenas de la Torre Sangrienta.   
 


 

La Siberia:  
La Orden del Temple también se asentó en la Siberia Extremeña. Puebla de Alcocer conserva un torreón que perteneció a los templarios y Castilblanco su famoso castillo de los blancos, en honor al color de la túnica que vestían. 



 

Fregenal de la Sierra: 
Fregenal de la Sierra es otra localidad pacense que fue concedida a la Orden en 1283. En su castillo se reunían las tropas antes de emprender las acciones bélicas y en su puerta principal aún es visible el escudo. Actualmente, esta fortaleza alberga una plaza de toros y un mercado. 


  

 

Barcarrota:  
El castillo de las siete torres de Barcarrota también fue sede templaria. 
 


 

Olivenza: 
El castillo de Olivenza fue construido por la Orden del Temple en el siglo XIII y actualmente acoge el museo etnográfico del pueblo. Su torre del homenaje se alza por encima de los 40 metros y desde ella es posible disfrutar de extraordinarias vistas del entorno. 
 

 

Alcántara: 
La torre Floripes del pantano de Alcántara tiene un encanto especial. Solo es visible desde la carretera cuando las aguas del embalse bajan de nivel. Este asentamiento romano pasó a manos templarias en la Reconquista. 
 

 

 

Trevejo: 
El Castillo de Trevejo fue donado a los templarios en el siglo XII y es uno de los restos más antiguos de Sierra de Gata. Conserva tumbas antropomorfas y está ubicado en un enclave idílico. 

 

Hervás: 
Hervás recuerda a los templarios con su torre de la iglesia de Santa María, en la parte más alta del pueblo. 
 

  

 

Hemos recorrido 9 localidades en nuestra ruta templaria por Extremadura, más de 700km y 9 horas y 40 minutos de viaje en coche, pero estamos seguros de que aún nos queda mucho por descubrir. Si conoces otros rincones extremeños por donde dejó su huella la Orden, cuéntanoslo.